martes, 9 de septiembre de 2008

El Aspecto Finaciero

Una impostura más necesitba Roma para aprovecharse de los temores y de los vicios de sus adherentes. Fue ésta la doctrina de las indulgencias. A todos los que se alisten en las guerras que emprendia el pontífice para extender su dominio temporal, castigar a sus enemigos o exterminar a los que se atreviesen a negar su supremacia espiritual, se concedia plena remisión de los pecados pesados, presentes y futuros, y la condenación de todas las penas y castigos merecidos. Se enseñó
también al pueblo que por medio de pagos hechos a la iglesia podía librarse uno del pecado librar también a las almas de sus amigos difuntos entregadas a las llamas del pulgatorio. Por estos medios llenaba Roma sus arcas y sustentaba la magnificencia, el lujo y los vicios de los que pretenden ser representante de aquel que no tuva donde recostar la cabeza.


El Creador Creado
La institución bíblica de la cena del Señor fue substituida por el sacrificio idolátrico de la misa. Los sacerdotes papales aseveraban que con sus palabras podían convertir el pan y el vino en "el cuerpo verdadero de Cristo."--Cardenal Wiseman, The Real Presence of The Body and Blood of Our Lord Jesús christ in the blessed Eucharist, Proved From Scripture, Confer. 8, Sec. 3, párr. 26. Con blasfema presunción se arrogaban el poder de crear a Dios, Creador de todo. Se les obligaba a los cristianos, se les daba pena de muerte, por no confesar su fe a esta horrible herejia que afrentaba al cielo. Muchísimos que se negaron a ello fueron entregados a las llamas.


Millones de Mártires
En el sigloXIII se estableció la más terrible de las maquinaciones del papado: la inquisición. El prícipe de las tinieblas obró de acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos, Satanás y sus ángeles gobernaban los espíritus de los hombres perversos, mientras que invisibles acampaba entre ellos un ángel de Dios que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de hechos por demás horrorosos para ser presentados a la vista de los hombres. "Babilonia la grande" fue "embriagada de la sangre de los santos". Los cuerpos mutilados de millones de mártires clamaban a Dios venganza contra aquel poder a´póstata.


Oscuridad Absoluta
El papdo había llegado a ejercer su despotismo sobre el mundo. Reyes y emperadores acataban los decretos del ponrífice romano. El destino de los hombres, en este tiempo y para la eternidad, parecía depender de su albeldrío. Por centenares de años las doctrinas de Roma habían sido extensa e implícitamente recibidas, sus ritos cumplidos con reverencia y odservadas sus fiestas por la gerneralidad. Su clero era colmado de honores y sostenido con liberalidad. Nunca desde entonces ha alcanzado Roma tan grande dignidad, magneficencia, ni poder.

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