sábado, 22 de noviembre de 2008

El Dragon

La ilación profética en la que se encuentra estos símbolos se encuentra en el capítulo 12 de Apocalipsis, con el dragón que trató de destruir a cristo cuando nació. En dicho capítulo vemos que el dragón es Satanás (Apocalipsis 12:9); fue él quien indujo a herodes a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente principal de Satanás al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano, en el cual prevalecía la religión pagana. Así que si bien el dragón representa primero a Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana.

La Libertad de Conciencia Denegada

Los dignatarios de la iglesia y del estado se unirán para hacer que todos honren el domingon, y para ello apelarán al cohecho, a la persuasión o a la fuerza. La falta de autoridad divina se suplirá con ordenanzas abrumadoras. La corrupción política está destruyendo el amor a la justicia y el respeto a la verdad, y hasta en los Estados Unidos, se verá a los representantes del pueblo y a los legisladores tratar de asegurarse el favor público doblegándose a las exignecias populares por una ley que imponga la observancia del domingo. La libertad de conciencia que tanto sacrificios ha costado no será ya respetada. En el conflicto que está por estallar veremos realizarse las palabras de profeta:-"Airandose el dragón contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el residuo de su simientos, los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de jesús".

En contrposición con los que guardan los mandamientos de -dios y tiene la fe de jesús, el tercer ángel señala otra clase de sere humanos contra cuyos errores va dirigido solemne y terrible aviso:"¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios!" Apocalipsis 14:9-10. Para comprender este mensaje hay que interpretar correctamente sus símbolos. ¿Qué representan la bestia, la imagen y la marca?

Coerción Violenta

Dios no violenta nunca la conciencia, pero Satanás recurre constantemente a ala violencia para dominar a quellos a quienes no puede seducir de otro modo. Por medio del temor o de la fuerza procura la conciencia y hacerse tributar homenaje. Para conseguir esto, obra por medio de las autoridades religiosas y civiles, y la induce a que impongan leyes humanas contraria a las de Dios.

Los que honran el sábado de la Biblia seráa denunciados como enemigos de la ley y del orden, como quebrantadores de las restricciones modernas de la sociedad, y por lo tanto causntes de anarquia y corrupción que traen a la tierra los altos juicios de Dios. Sus escrépulos de conciencia seran presentados como obstinación terquedad y rebeldiacontra la autoridad. Serán acusados de deslealtad hacia el gobierno. Los ministros que niegan la obligación de observar la ley divina predicarán desde el púlpito que hay que obedecer a las autoridades civiles porque fueron instituidas por Dios. En las asambleas legislativas y en los tribunales se calumniará y condenará a los que guardan los mandamientos. Se fasearán sus palabras, y se atribuirán a sus móviles las peores intenciones.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La Edad Media se Repite

La política de Satanás en este conflicto final con el pueblo de Dios es la misma que la seguida por él al principio de la gran controversia en el cielo. Hacía como si procurase la estabilidad del gobierno divino, mientras que por lo bajo hacía cuanto podía por derribarlo y acusaba a los ángeles fieles de esa misma obra que estaba así tratando de realizar. La misma política de engaño carateriza la historia de la iglesia romana. Ha profesado actuar como representante del cielo, mientras trataba de elevarse por encima de Dios y de mudar su ley. Bajo el reinado de Roma, los que sufrieron la muerte por causa de su fidelidad al Evangelio fueron denunciados como malhechores; se los declaró en liga con Satanás, y se emplearon cuantos medios se pudo para cubrirlos de oprobio y hacerlo pasar ante los ojos del pueblo y ante ellos mismos por los más viles criminales. Otro tanto sucederá ahora. Mientra Satanás trata de destruir a los que honran la ley de Dios, los hará acusar como transgrsores de la ley, como hombres que están deshonrando a Dios y atryendo sus castigos sobre el mundo.

La Ley de Dios Como la Cambio el Hombre

I
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
II
No tomarás el nombre de Dios en vano.
III
Santificarás las fiestas.
IV
Honrarás a tu padre y madre.
V
No matarás.
VI
No cometarás actos impuros.
VII
No robarás.
VIII
No dirás flaso testimonio, ni mentirás.
IX
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
X
No codiciarás los bienes ajenos.

Catecismo de la Iglesia Católica
Ligouri Publications
Ligouri, Missouri, EE. UU.

La Ley de Dios

I
No tendrás dioses ajenos delante de mi.
II
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinaras a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte , celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que aman y guarn mis mandamientos.
III
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
IV
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en el obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mara, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
V
Hora a tu padre y tu madre, para que tus días de alegren en la tierra que Jehová tu Dios te da.
VI
No matarás.
VII
no cometerás adulterio.
VIII
No hurtarás.
IX
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
X
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

La Biblia, Exodo 20:3-17, RV.